El sistema respiratorio y sus partes
El sistema respiratorio y sus partes
El cuerpo humano es una estructura compleja que se compone por distintos sistemas que lo hacen funcionar correctamente. Al igual que una máquina, el cuerpo humano funciona cuando todos sus componentes actúan en simultáneo de manera correcta.
Los sistemas del cuerpo humano, como el sistema circulatorio, cuentan con distintas partes que interactúan entre sí y logran que el organismo pueda funcionar. Sin duda alguna uno de los más elementales e importantes para el cuerpo humano es el sistema respiratorio.
El sistema respiratorio nos permite respirar. En el proceso de respiración inspiramos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono. La respiración es fundamental y necesaria para que todo ser humano pueda vivir.
¿Qué es el sistema respiratorio?
Se conoce como sistema respiratorio al conjunto de órganos que participan en el proceso de la respiración, que como se mencionó anteriormente, se basa en la inhalación de oxígeno y exhalación de dióxido de carbono.
El sistema respiratorio está dividido en dos fases: El proceso de inspiración y el proceso de exhalación.
Proceso de inspiración
Este es un proceso activo, en donde ocurren una serie de sucesos tales como la expansión torácica, el aumento del volumen pulmonar y el paso del oxígeno a nuestros pulmones.
Proceso de exhalación
Este es el proceso opuesto a la inhalación por lo que es una fase pasiva de la respiración debido a que el tórax disminuye su volumen, adquiriendo nuevamente su tamaño original. En la exhalación los pulmones se retraen y el aire sale del organismo en forma de dióxido de carbono.
Partes del sistema respiratorio
El sistema respiratorio está conformado por la nariz, la tráquea, la laringe, la faringe, el tórax, los bronquios, bronquiolos y alvéolos, el diafragma y los pulmones.
La nariz
La nariz es la encargada de conectar el interior del sistema respiratorio con el exterior a través de las fosas nasales, que son dos orificios por donde entra y sale el aire.
La nariz está compuesta por unos vellos que filtran cualquier impureza que se pueda respirar, unas glándulas que se encargan de segregar moco para retener agentes extraños como polvo o aire con humedad.
Ya en lo más profundo de la nariz están los cornetes que se encargan de regular el paso del aire hacia la faringe y la laringe.
La faringe
Es un tubo de aproximadamente 14 centímetros que conecta las fosas nasales con la laringe. Está ubicada a la altura del cuello y está compuesta por una membrana mucosa. A través de la faringe no solo pasa el aire que viene desde la nariz a la laringe, sino que también pasan los alimentos que van hacia el esófago.
La laringe
Es un conducto corto que contiene las cuerdas vocales. La laringe está cubierta por la epiglotis, que se encarga de proteger las cuerdas vocales para que los alimentos no se filtren hacia ellas.
La Tráquea
Es un conducto de 12 centímetros que se sitúa por encima del esófago. La tráquea está constituida por una serie de cartílagos que se unen por fibras musculares y evita roces con el esófago en el momento en que pasen los alimentos. De igual manera estos cartílagos evitan el acceso de polvo o algún agente externo que pueda contener el aire.
Bronquios, Bronquiolos y Alvéolos
Los bronquios son dos conductos que se dividen y conectan con los pulmones. Dentro de los pulmones, los bronquios se ramifican formando unos pequeños bronquios llamados bronquiolos.
Cada uno de los bronquiolos cuenta con pequeños sacos de aire llamados Alvéolos en donde se produce la transformación del oxígeno en dióxido de carbono.
Diafragma
Es un músculo situado en la parte superior del abdomen que se dilata para facilitar el proceso de la inhalación de aire y se reduce durante la exhalación para facilitar la exhalación y permitir que los pulmones se vacíen totalmente.
Pulmones
El órgano principal del sistema respiratorio son los pulmones. Tienen una tonalidad rojiza y se encuentran justo detrás del tórax y los protegen las costillas. Los pulmones tienen la capacidad de expandirse y contraerse para almacenar y expulsar todo el aire.
Cabe destacar que los pulmones son los órganos más grandes que posee el cuerpo humano y tienen una de las funciones más importantes para poder vivir: Recibir todo el oxígeno que se inhala y exhalar todo el dióxido de carbono que el cuerpo genera.
¿Cómo funciona el sistema respiratorio?
Las células de nuestro organismo necesitan oxígeno para poder realizar sus funciones y cuando estas actúan dentro del organismo generan como consecuencia dióxido de carbono.
El aparato respiratorio se encarga de proporcionarle a todas las células del cuerpo el oxígeno necesario para que estas puedan realizar las funciones indispensables para que los seres humanos puedan moverse, alimentarse y realizar todas las actividades que hacen día a día.
De igual manera, el sistema respiratorio se encarga de expulsar todo el dióxido de carbono, innecesario para el organismo, y que se genera como consecuencia de la actividad constante de las células del organismo.
El sistema respiratorio funciona en el momento en que ingresa el aire por la nariz al organismo. Cuando respiramos el diagrama se expande y se mueve en dirección hacia el abdomen. La cavidad torácica aumenta y el aire se moviliza hasta los pulmones debido a esta expansión del tórax.
Todo este aire que llega a los pulmones se almacena en los alvéolos y estos se encargarán traspasar el oxígeno a la sangre.
La sangre atrapa el oxígeno en los glóbulos rojos y toda esta sangre oxigenada fluye hacia el corazón y este, a su vez, se encargará de bombear toda la sangre oxigenada al cuerpo.
Asimismo las células del cuerpo generan dióxido de carbono que se disuelve en el plasma de la sangre tras realizar sus funciones. Esta sangre, cargada de dióxido de carbono fluye nuevamente al corazón a través de las venas.
Una vez en el corazón, la sangre cargada de dióxido de carbono es bombeada a los pulmones. Allí los alveolos absorben todo el dióxido de carbono para posteriormente expulsarlo en la exhalación
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